martes, 23 de diciembre de 2008

La Reorganización del Mundo tras el Diluvio


Advertencia: Este es un ensayo que pretende armonizar varias interrogantes sobre la Historia de la Humanidad y la Verdad Bíblica. Por lo tanto, sus declaracioners no son dogmáticas, pero si pretenden hacer encajar ésas piezas "extrañas y fascinantes" de nuestro pasado. Por lo tanto, puede que al lector le sorprendan algunas declaraciones que nos amplían un poco el horizonte, sin ser la última palabra o la verdad absoluta. Sin embargo, recordemos que durante la destrucción de la Gran Biblioteca de Alejandría se perdió mucho material importante, incluso referente al mundo antediluviano. También la cristiandad atacó y destruyó mucha información sobre nuestro pasado durante la Edad Media. Por lo tanto, fruto de bastante investigación se publica esta "información".

Cómo hemos visto, el Gran Diluvio o Cataclismo (según la expresión original), fué un acontecimiento que no solo afectó a la Tierra, sino también al resto del sistema solar. Pero en nuestro planeta, el caos fué enorme. La Tierra se estremeció literalmente. Muchas magníficas ciudades y capitales se hundieron debido a las lluvias, o a las fosas que se abrieron debido a la enorme actividad telúrica.

En varias partes del mundo, se han encontrado ruinas de ciudades, pirámides y templos antediluvianos. En el mar de Japón, cerca del triangulo de las bermudas en Bimini, cerca de España, etc., hay pruebas para los escépticos que niegan la existencia del mundo antediluviano. Asimismo, debido a la ventaja de la altura, algunas pirámides en Europa (Bosnia) y en China, después de la inundación, quedaron transformadas en bosques y camufladas como montañas. Algo parecido sucedió en centro y sudamérica con templos y construcciones. En Egipto, la ciudad fue ampliamente inundada por las lluvias, pero no hubo un hundimiento de las placas del terreno. Las Pirámides y Esfinge quedaron totalmente cubiertas por las aguas. Su estructura, permitió que resistieran, pero quedaron gravemente dañadas en la zona exterior. Con el tiempo, estas estructuras dañadas, pero "supervivientes", fueron restauradas.

Los hijos Nefilim de las colonias exteriores perecieron por los asteroides. No obstante, un pequeño grupo pudo mantenerse en el espacio exterior, esperando bajar a la tierra, apenas terminase el diluvio. En la superficie, todo cuanto tenía fuerza de vida pereció, incluyendo a los Nefilim que estaban en tierra, tal como dice la Biblia. Por lo tanto, la Palabra Dios es exacta al decir que todo lo que estaba en la superficie pereció. Al comenzar el Diluvio, pronto también se inició otra batalla. Satanás convoca a todos sus ángeles a comenzar una lucha contra las huestes espirituales que descienden a la Tierra. Para eso, les pide que abandonen sus cuerpos carnales. Algunos no quieren separarse de sus familias que están pereciendo, pero no les queda otra opción que hacerlo, ya que sus soportes materiales tampoco podrían resistir semejante Diluvio. Observamos ahora una batalla que estaba ocurriendo entre los ángeles y los demonios en la atmósfera de la tierra. Cuando Satanás y sus demonios parecían que estaban ganando la batalla, "del cielo norteño" [al parecer procedente de las Pléyades] la " Sombra de una Mano" cayó sobre los demonios. Esta "Mano" de Dios encierra a los "ángeles que pecaron" en la atmósfera terrestre.

De esa forma, se les impide volver a materializarse, y las Altas Jerarquías toman el control del planeta por un corto tiempo. Como declara acertadamente el libro de Enoc: “Después, Miguel y Gabriel sanan la tierra que los Vigilantes (ángeles materializados) han corrompido y anuncian su curación, a fin de que se sanen de la plaga y que todos los hijos de los hombres no se pierdan debido al misterio que los Vigilantes descubrieron y han enseñado a sus hijos”. El Diluvio, efectivamente purificó la Tierra, y los ángeles quedaron “atados” sin poder volver a materializarse. Vieron como su mundo desapareció, y debieron haber meditado en este hecho, pero se comprometieron a reemprender su obra, aunque se demoraran milenios enteros en terminarla. Algún día, dijeron, harían una nueva Atlántida.

Al terminar el Diluvio, los últimos pocos gigantes que estaban en el espacio, bajaron a la atmósfera y se vieron obligados a descender, ya que sus aparatos no pudieron aguantar más tiempo. Flotaron por las aguas por un tiempo, y luego un pequeño grupo se asentó en el monte Monte Ida y en Levká Óri de la Isla de Creta. Otro grupo llegó a asentarse en el monte Hermón en Palestina, y en Inglaterra en las tierras altas de Wiltshire en Stonehenge. También se refugiaron en otras tierras altas en América y Europa, por temor a un nuevo Diluvio. La mayoría se volvieron huraños y ermitaños, ahora separados por grandes distancias y condenados a la extinción. Estos pequeños grupos de gigantes se quedaron en esos lugares apartados, principalmente en los montes altos. De allí, surgirían otras leyendas que, mezcladas al saber anterior, darían lugar a las historias de los dioses y semidioses que habitaban en las montañas. En Creta, los gigantes supervivientes dan inicio a la civilización Minoica. Esto armoniza con los descubrimientos recientes que muestran los inicios de una civilización no griega, la Minoica, con enormes palacios, alcantarillas, calles pavimentadas y puertos magníficos, gestada en Creta y descubiertas por Sir Arthur Evans, que empiezan a ser reconocidas (como lo postularan Jacques Cousteau y el griego A. G. Galanopoulos), como pertenecientes a la Atlántida.

Ciertamente, los descendientes de la Atlántida fundaron Creta. Desarrollaron una cultura muy avanzada, aunque fue un pálido reflejo del mundo antediluviano. Pronto algunos bisnietos de los hijos de Noé llegaron a Creta y fueron capturados por los gigantes fundadores de la ciudad de la Isla. Pero la civilización y cultura ya estaba siendo edificada. Esto resolvería el misterio que ya existiese un pueblo tan avanzado en el interior del mar mediterráneo en la época de Abrahán. Los últimos nefilim en Creta trataron de cruzarse con éstos humanos, y lo lograron a medias. Curiosamente, “Los filisteos emigraron a la costa de Canaán desde la isla de Creta”, “No se sabe con seguridad cuándo empezó esta emigración; sin embargo, en los días de Abrahán y de su hijo Isaac, los filisteos residían en Guerar, en la parte S. de Canaán. En aquel entonces tenían un rey, Abimélec, y un ejército bajo el mandato de un tal Ficol”. (Perspicacia para Comprender Las Escrituras). Este asunto tendrá grandes repercusiones en el futuro, tal como iremos viendo.

Cómo se mencionó, en Inglaterra, Asía, América, otros supervivientes gigantes dieron el empuje a los primitivos habitantes que llegaron a esas zonas y fueron instruidos por ellos. Ésa es la razón para los grandes inicios de civilizaciones precolombinas como la Maya, Inca, Azteca y otras ya desaparecidas. Éstas civilizaciones incipientes fueron muy avanzadas, pero en realidad son solo reflejos degenerados de la gloriosa civilización mundial antediluviana. No se volvería a lograr el éxito de antaño. Los Nefilim no pudieron vivir para siempre, ya que tenían en parte genes humanos, y el clima después del diluvio precipitó la caída en las edades de todos los organismos sobre la Tierra. A los pocos siglos, los gigantes más ancianos, empezaron a morir. Sin embargo, en sus retiros en las alturas, alcanzaron a transmitir algunos conocimientos a unos cuantos iniciados selectos humanos descendientes de los hijos de Noé. Estos humanos eran llevados a las cumbres e instruidos por éstos gigantes en variados conocimientos, que iban desde la agricultura, astronomía, arquitectura, y el secreto para levitar las piedras, actuando en armonía con los ángeles invisibles, quienes los ayudaban ahora desde la invisibilidad. De esa manera lograron imitar pálidamente la época antediluviana, y ésa es la razón de las ruinas en América, Europa y en otras partes del mundo. Construcciones edificadas por aquellos grupos humanos, pero que en su partida fueron empujadas por el saber entregado por los últimos gigantes, los hijos de los dioses, según las tribus.
Los selectos iniciados por los gigantes, a su vez, hicieron llegar parte de esta información a las respectivas tribus que se asentaban en la Tierra. Éstos primeros iniciados son el origen de los chamanes, sacerdotes y magos, que dominaban originalmente a su comunidad, antes del establecimiento de las dinastías humanas. Fueron adiestrados en su primera generación, por los semidioses gigantes ya ancianos que preferían permanecer ocultos a la mayoría de las poblaciones humanas. Tal vez su temor era que las hordas de tribus los atacarán en alguna reacción violenta, o bien prefirieron no repetir sus días de gloria de antaño. También, como veremos, había una imposición superior. Ellos transmitieron la última información a sus discípulos humanos, les enseñaron algunas técnicas que serían consideradas como magia, y les enseñaron a comunicarse mentalmente con los espíritus, sus antiguos padres angelicales que ahora no podían materializarse. Esto asentó el poder de las primeras religiones falsas bajo los chamanes, brujos y sacerdotes. La gente les temía, sobre todo cuando regresaban de sus retiros en las cumbres, en dónde los semidioses les comunicaban información. Estos contactos son el origen de muchas historias de los dioses que habitaban en las montañas.
A excepción de lo sucedido en Creta, en dónde los nacientes filisteos, era una mezcla experimental de Nefilim y hombres, en ningún otra parte se repitió aquel experimento. Solo en otro lugar, tal vez en Sudamérica y Palestina. Cuando Josué y sus hombres vuelven de espiar Canaán hablan de estos hijos de los Nefilim. La Biblia no niega esa afirmación que hicieron. Y varias tribus de tamaño extraordinario (el rey Og medía 4 metros) habitaron esas zonas. El gigantismo se explica como un defecto genético (con problemas en su esqueleto y para caminar), pero en Israel existían verdaderas razas y pueblos de gigantes guerreros superiores a los 3 metros. Esto muestra, que no eran producto de un defecto genético, sino que eran el linaje efectivo de gigantes. Pero los destinos de ambos cruces estaban marcados por la extinción, al igual que el de los mismos ancianos Nefilim. Todas estas razas desaparecerían con el tiempo y serían exterminadas. En Palestina, para el Tiempo de la llegada de Miguel a la Tierra como hombre, éstas razas antinaturales deberían estar extintas.

Cuando acabó la catástrofe, los ángeles quedaron en la atmósfera terrestre. Llenos de ira, y al ver a sus familias, sus mujeres, y sus hijos destruidos, juraron algún día acabar con las familias humanas, ya sea al dividirlas moralmente o destruirlas en lo posible a través de inducir genocidios. También hicieron un pacto junto a Satanás de reemprender la obra de construir nuevamente un mundo superior, aunque esto tardara miles de años, debido al retraso provocado por la catástrofe. Al terminar el Diluvio y verse imposibilitados de materializarse, los ángeles no pudieron establecer contacto telepático con sus hijos sobrevivientes. Esto se mantuvo durante varios años, hasta que las Jerarquías Celestiales dejaron la Tierra, mientras los primeros hijos de Noé volvían a poblar la Tierra.

Pronto se citó a asamblea celestial de urgencia en una esfera espiritual, cerca de la constelación más cercana. Los Querubines representando a sus mundos materiales hicieron presencia. También el antiguo Querubín Satanás junto a Caligastia, su segundo al mando, se presentaron representando a su mundo apóstata. Se analizó ante las Altas Jerarquías Espirituales la situación de la Tierra. Satanás reclamó que aún quedaba gente de su descendencia en la Tierra, los últimos Nefilim. Además, alegó con astucia, que él junto a sus ángeles habían experimentado la gobernación sobre la Tierra, pero realmente Adán y Eva se habían abstenido a gobernar, y que por lo tanto, no se había probado si la gobernación humana funcionaba o no. Dio a entender que esa parte de la cuestión no estaba resuelta, que si bien, los ángeles habían fracasado, los humanos no habían tenido tiempo de experimentar como gobernantes directos sobre la Tierra.

Cómo Adán se había aliado originalmente con él, dio a entender, que ellos como ángeles debían velar por si la gobernación humana funcionaba o no. El hombre debía probar si puede gobernarse a si mismo sin Dios. Aún, reclamó, él era el gobernante y superintendente del hombre. Y se mantendría en ese puesto, hasta que se probara si la gobernación humana por el hombre podría resultar o no. Gabriel, quien presidía el consejo de las Altas Autoridades, respondió que el Padre ya tenía prevista toda esta situación, y que las acusaciones y desafíos quedarían resueltos de manera perfecta. Si bien, se había demostrado que la gobernación independiente y directa de los ángeles sobre los hombres era un fracaso, ahora el hombre probaría si el puede gobernar a sus semejantes con éxito. Sin embargo, la justicia ameritaba que se impusieran las siguientes restricciones y se tomaran ciertas medidas. En fin, la destrucción de un mundo reciente lo justificaba.

Primero: Se mantendría la cuarentena sobre la Tierra. Ninguna civilización exterior material podría ayudar los gobernantes humanos de parte de Satanás. Solo los hombres fieles que quisieran la guía de Dios, podrían recibir puntuales ayudas. Esto era justo, ya que antes del diluvio, los ángeles materializados si dieron una supuesta ayuda al hombre, en realidad abusaron de esos contactos, y ellos jamás reclamaron por ese derecho indebido. Era justo, por lo tanto, que los humanos fieles que quisieran apoyar a Dios como su gobernante, pudieran ser ayudados de manera discreta por otras civilizaciones en casos puntuales y muy escasos que serían debidamente autorizados.

Segundo: Los ángeles a cargo del planeta junto con Satanás seguirían sin poder materializarse. La justicia mostraba que se habían sobrepasado y habían infligido leyes universales al procrear hijos con las mujeres humanas. Por lo tanto, no podrían tomar más cuerpos humanos. Además, puesto que se pretendía probar que el hombre puede gobernarse a sí mismo, era innecesario que los ángeles se materializaran, y e incluso se presentaran como guías o gobernantes directos, tal como hicieron antes del diluvio. No se permitiría un nuevo abuso en ese sentido.
Ya que en los mundos normales, los ángeles ministran y vigilan a los humanos, sin intervenir directamente en sus asuntos, solo se permitiría ese proceso también en la Tierra. Esta es la razón principal de por que no se volvió a reemprender el proyecto de Lucifer con la misma rápidez con la que se hizo originalmente. Los ángeles materializados como gobernantes directos a la vista de las masas humanas, lógicamente provocaron un desarrollo sumamente elevado y prematuro. Ahora al estar privados de la materialización se haría que el ritmo fuera más normal y lento. De esa manera se obraría con la misma justicia con la que se procede en el universo.

Tercero: Solo podrían tener influencia en determinados humanos, que estuvieran aliados a su causa. Solo les podrían “susurrar” información de manera esporádica. Como veremos, estos humanos serían claves en la reconstrucción más lenta de la nueva civilización. Y justamente, los escogidos fueron aquellas primeras castas sacerdotales instruidas por los Nefilim. Antes del Diluvio, los ángeles materializados ya habían formado ciertas castas sacerdotales de humanos seguidores: Los famosos sacerdotes de la Atlántida. Pero fue después del Diluvio que la clase clerical sacerdotal cobraría un propósito esencial para la causa demoníaca. Éstas castas a su vez transmitirían la información privilegiada a sus discípulos y descendientes. Este es el verdadero y primer origen de las Sociedades Secretas. Y éstas mismas Sociedades jugarían un papel vital en la historia del mundo.

Aún así, el retraso producido por la catástrofe reciente, la ahora corta edad de los hombres post diluvianos, la imposibilidad de contactos directos y fluidos con los humanos, y el solo tener contactos más esporádicos harían un progreso más lento y confuso. Aquí nace también el concepto de espiritismo, el cual con los siglos perfeccionaría los métodos de contacto.

Cuarto: No podrían atacar físicamente los ángeles invisibles a los humanos que adorasen a Dios. Solo en casos permitidos por el Creador, podría suceder eso, como en el caso de Job. Sin embargo, en la mayoría de las situaciones, sería imposible un ataque directo. De lo contrario, ningún opositor al régimen del Diablo (los siervos de DIOS) quedaría vivo. No obstante, debido a las imperfecciones heredadas y algunas debilidades espirituales, ciertos humanos experimentarían lo que se conoce por “posesión demoníaca”. Ciertos grupos inferiores de demonios que quisieran de alguna manera volver a experimentar las sensaciones físicas de su etapa antediluviana, lograrían de una manera muy parcial e incompleta el invadir los cuerpos humanos. No obstante, ésta práctica solo fue masiva hasta los tiempos de Jesús; con el tiempo fue decreciendo, ya que resultaba impráctica, puesto que el ser humano es realmente un hijo de Dios, con personalidad y dignidad divina, y finalmente había una degeneración de la persona afectada, incluso su salud física, y de ninguna manera se imitaba o lograba la gloria de un cuerpo materializado propio como era en las épocas de antaño. Antes bien, el mismo ángel obtenía un grado de incomodidad enorme al habitar un cuerpo con personalidad, y no se lograba una experimentación completa. Esta fue, y es, en algunos casos, una práctica usada por legiones inferiores de ángeles castigados, y rara vez, fue utilizada por los Príncipes Angélicos que gobiernan las naciones y que son de mayor rango. Ellos utilizan otros "medios", como la telepatia u apariciones en rituales "ultra secretos", en dónde guían a sus representantes.
Quinto: los hijos nefilim sobrevivientes de los ángeles estaban condenados a la extinción. Puesto que eran una raza “ilegal”, tanto ellos, como cualesquier otro cruce de ellos (nefilim) con humanos, sería destruido. Aquellas mezclas no estaban en el alegato de Satanás, y eran un aprovechamiento de él y sus ángeles. Además, no existía la mezcla de ángeles y humanos en los otros planetas habitados.

Satanás y Caligastia quedaron conformes. Habían quedado con ganar más tiempo para su gobernación, y en cierto sentido estuvieron satisfechos. Aunque ya no podrían ser gobernantes directos sobre el mundo junto a los ángeles, la nueva situación igual tendría sus ventajas. Ahora Satanás trabajaría en las sombras, ejercería su dominio de gobernación y superintendencia desde el más absoluto anonimato y oscuridad.

Por esa razón principal, hasta el día de hoy, el mundo en general no sabe quién es su auténtico gobernante. Después del Diluvio, los hombres solo han visto a sus pares humanos gobernando directamente desde una plataforma. No saben que hay influencias sutiles tras los hombres. Aunque el hombre realmente se ha gobernado a si mismo, de cuando en cuando ha tenido los “susurros” de los antiguos gobernantes invisibles de la oscuridad. Aunque para los demonios, la situación al principio fue incómoda, ya que no sintieron sus egos satisfechos con la adoración directa de las masas, supieron sacar ventaja de la situación.

Después de las decisiones de las Altas Jerarquías, los representantes de éstas se retiran de la cercanía de la Tierra, y Satanás y sus ángeles nuevamente asumen la regencia original sobre el planeta. Esta vez tienen que estimular a que el hombre aprenda a gobernarse a sí mismo. Sin embargo, saben que en el fondo ellos serán los gobernantes.

Para ello, se necesitará mucho tiempo. Mientras tanto, restablecen los contactos telepáticos con los últimos nefilim supervivientes. Éstos gigantes, debido a la incomunicación, y naufragio tras el diluvio, habían quedado esparcidos en algunas tierras altas, tal como narramos. Los ángeles los alientan a permanecer aislados, sobre todo debido a los decretos de las Altas Jerarquías, y que rápidamente entreguen toda la información posible a algunos humanos escogidos por ellos, que deberán ser enseñados en los últimos artes atlantes y antediluvianos, y luego reenviados a sus pueblos nativos. Los ángeles sabían que pronto los gigantes morirían, pero entendían que a éstos les sería más fácil entregar todo el conocimiento antediluviano a algunos hombres, ya que ellos cómo ángeles ahora tendrían grandes limitaciones en transmitir información inmediata a los hombres, entonces apuraron a los nefilim a entregar lo que pudieran a éstos humanos iniciados. Además se había decretado la exterminación de los gigantes y había que tomar la precaución de llevar solo a los primeros iniciados ante los últimos gigantes.

También ya se habían iniciado las primeras cruzas experimentales entre los nefilim de Creta con humanos, y en el futuro se harían algunas cruzas también en sudamérica, y alentaron a su prole a apresurar esta acción ilegal, sabiendo que podrían alargar algo su permanencia. Además, estaba el plan oculto de atacar a los pueblos descendientes de Sem, el hijo de Noé, y aniquilar a los adoradores de Dios, ya que ellos como espíritus no podrían hacerlo. Por eso, aparte de lograr la creación de los primeros filisteos, también hicieron que los últimos nefilim refugiados en las montañas de palestina lograran hacer lo mismo con algunos nativos y producir ciertas razas de semi-híbridos de gran tamaño que habitarían entre las montañas: Los Anakim (anaquitas), Refaim (refaitas), Gibborim, Zamzummim, y Emim (emitas). La idea también era asolar en el futuro a los herederos de Sem. De esta forma evitarían que apareciese en la Tierra el Hijo de Dios u otra Alta Autoridad entre los descendientes de Sem. Sabían que ese ser nacido en la Tierra disputaría su dominio espiritual sobre el mundo y finalmente regresaría a gobernar la Tierra. Satanás conocía la promesa de la simiente de "La MUJER CELESTIAL". Una gran guerra estaba por producirse. Pero pesar de las advertencias de Gabriel y las Autoridades Celestes, ángeles e hijos igual emprendieron éste último proyecto.

Así concluye este capitulo de aquel mundo antediluviano, un mundo que se ha vuelto a manifestar el día de hoy, bajo otro disfraz. “Tal como era en los días de Noé”, dijo Jesús. Se debió haber aprendido que el progreso por revolución ha sido uno de los métodos más desastrosos para el universo. El atajo rápido para complacer los sentidos, ya sea de un mundo o un individuo representan la lucha a la que la humanidad actual debe enfrentarse. Porque un nuevo Juicio se acerca sobre la humanidad y los ángeles caídos.