martes, 3 de agosto de 2010

El retorno de los gigantes - parte 9

Hemos considerado que los gigantes descendientes de los Nefilim fueron exterminados por toda la zona del Medio Oriente y Palestina a manos de los hijos de Israel. Ahora bien, es altamente probable que algunos ejemplares huyeran o se establecieran en otras zonas del mundo y pudiesen ser los responsables e impulsores de algunas culturas extraordinarias creadoras de grandes figuras de piedra o templos de adoración a los antiguos dioses antediluvianos. Trataremos de seguir la pista a los herederos de los Nefilim. Fianma me envía esta importante información de la trayectoria de dichos vástagos en otras partes del mundo.

En América del Sur, la región patagónica estuvo constantemente poblada desde hace miles de años. A la llegada de los españoles existían dos grupos principales con una frontera aproximada en el río Chubut: hacia el Norte, los GÜNÜN-A-KÜNNA (Tehuelche Septentrionales), hasta los ríos Limay y Negro; hacia el Sur los AONIKENK (Tehuelche Meridionales) hasta el estrecho de Magallanes. En 1520 Hernando Magallanes, en su viaje hacia el estrecho, recaló en Puerto San Julián (50º lat. Sur), en la actual provincia de Santa Cruz, donde ocurrió el primer encuentro con los nativos.

Los Tehuelches (o Patagones) vivían en el sur de la Patagonia, entre el río Santa Cruz y el estrecho de Magallanes. En un tiempo remoto, esos cazadores convivieron con fauna actualmente extinguida como el famoso milodon y el caballo enano.

El primero europeo a conocer esos indios australes fue Antonio Pigafetta, cronista de la expedición de Magallanes (1520). A él le llamó la atención la gran altura de dicho pueblo.  Como termino medio tenían 1,80 metros de altura. No obstante, parece que existía un grupo más alto. Dice Dumont d'Urville que le impacto 'su enorme ancho de las espaldas, su cabeza ancha y gruesa y sus miembros macizos y vigorosos' destacando que 'constituye una bella raza de hombre, plenos de fuerza y vigor'.


Hablaban un lenguaje gutural, oclusivo y aglutinante. Carlos Vega da los ejemplos siguientes : "no te caigas" se decía "M'huatrhs" ; "es mi mujer" : "Yas ksheh". ELAL, fue el creador de los CHONEK (Tehuelche), reveló a los hombres el secreto del fuego, inventor del arco y las flechas.

Fernando de Magallanes, quien fue el que descubrió aquellas tierras se encontró varias veces con ellos, en 1520 el cronista oficial del almirante portugués cuenta otro encuentro con uno de aquellos seres monstruosos de la manera siguiente: “Aquel hombre era tan alto que nuestras cabezas apenas le llegaban a la cintura, y su voz era como la de un toro…” Parece que lograron encadenar a 2 de aquellos indígenas para enviarlos a BURGOS, pero ambos, murieron antes de que el barco cruzara el Ecuador. Tuvieron que arrojar los cuerpos gigantes putrefactos  al mar, y no pudieron mostrarlos a los europeos.

Peter Kolosino dice que en torno al LAGO TITIKAKA abundan las leyendas acerca de seres gigantescos y algunos mitos dicen que éstos se refugiaron en el SUR, llegando a poblar la PATAGONIA. Parece ser que éstos vástagos de los Nefilim entregaron sus ciencias a los Mayas, Aztecas e Incas y a otros pueblos del norte como semidioses de las montañas, y luego quisieron huir al sur del mundo. Esto explicaría la obsesión de los Nazis por refugirase en las zonas australes de Argentina y Chile.

También el pirata Inglés FRANCIS DRAKE, los vio en San Julían en 1578, después otros navegantes como PEDRO SARMIENTO, TOMÉ HERNÁNDEZ, etcétera también lograron verlos. Por su parte las leyendas de los ancianos indígenas TLAXCALTECAS de MÉXICO también cuentan haber luchado contra ellos (o en otros casos, haber aprendido de ellos).

En 1712 las autoridades de Valdicia de Chile hablaron de una tribu “LOS ONAS” constituida por seres altos, y algunos (parece que refugiados dentro de la tribu) de casi tres metros de altura que habitaba en el interior de la PATAGONIA. En 1764 el comodoro BYRON (abuelo del poeta inglés del mismo apellido) se encontró con gigantes en las proximidades del CABO VÍRGENES y lo describe de la siguiente forma:

“…uno se encaminó hacia mí, era de una estatura gigantesca y parecía traducir en realidad los cuentos de monstruos con aspecto humano… no pude medirlo pero de seguro que no era inferior a los 2.10 metros…”

Otras leyendas de indígenas americanos también cuentan extrañas tradiciones acerca de los gigantes, que han sido trasmitidas en forma oral, como la siguiente:

"En los tiempos remotísimos de los Wuarirunas vivían hombres muy altos, nacidos de la tierra, constructores de enormes ciudades de piedra, creadas por su único dios Japallan Kamayok".

Ésto confirmaría que muchas de las ciudades anteriores a Colón fueron impulsadas por los últimos gigantes en América.

"Estos gigantes fueron exterminados por los Aukakunas, llegados del país donde nace el Sol."

¿Una referencia a tribus israelitas venidas desde Medio Oriente? ¿Israelitas en América? ¿Cómo lo narra parte del libro del Mormón?

"Para castigar a tales guerreros, Japallan Kamayok desencadenó un espantoso cataclismo. Al tercer día, rayos y truenos sacudieron los cimientos del mundo y una sacudida intensísima recorrió con sus ondas destructoras el globo terrestre. Al propio tiempo, comenzaron a llover grandes bloques de hielo aplastando todos los vegetales, y una lluvia que duró dos lunas hizo perecer a todos los animales. Se pudrieron los cadáveres arrinconados y el país quedó aniquilado por las epidemias. Por último, se retiraron las aguas y formaron mares que no existieron hasta entonces y que cubrieron extensas ciudades".

Ésto parece ser una referencia que mezcla el Diluvio y los sucesos posteriores que obligaron a dichos gigantes a refugiarse en el sur de América.

Los GRIEGOS nos hablaron de los CÍCLOPES y de los TITANES, los CALDEOS de los IZDUBAR, los HEBREOS de los EMIN (Anaquim y Refaím), los HINDÚES de los DANAVA y de los DAITIA, en CEILÁN de los RAKSASAS. Muchos pueblos nos narran las historias de los gigantes antediluvianos y post diluvianos.

viernes, 23 de julio de 2010

"Estos fueron los héroes de muy antiguo"

“Los nefilim se hallaban en la tierra en aquellos días, y también después, cuando los hijos del Dios verdadero continuaron teniendo relaciones con las hijas de los hombres y ellas les dieron a luz hijos, estos fueron los poderosos que eran de la antigüedad, los hombres de fama”. "Estos fueron los héroes de la antigüedad, hombres famosos". (Génesis 6:4).

Los semidioses mitológicos, como Heracles y el héroe babilónico Gilgamés, se parecen mucho a los nefilim. Fueron los grandes héroes de su tiempo: seres temidos, respetados y aparentemente invencibles. Evidentemente los ángeles materializados y sus hijos nefilim quisieron parecer al principio dioses benefactores llamados los "varones de renombre y los héroes de muy antiguo". Con el tiempo, no obstante, entraron en una fase tiránica de violencia. El diluvio acabó con ésta supremacia global.

Los llamados super héroes actuales de los cómics justamente tienen su origen en éstas mitologías (las cuales son distorsiones del mundo antediluviano). Los superhéroes tienen capacidades superiores a las de los humanos corrientes, como lanzar rayos energéticos, volar, fuerza sobrehumana, invulnerabilidad, telepatía, telequinesis, etc. Muchos tienen un origen no humano: extraterrestres, dioses mitológicos, razas ficticias apartadas de la humanidad, robots, fantasmas, etc. Ejemplos: Superman, Thor, los Inhumanos, la Visión y Spawn. También es común la obtención de tecnología avanzada o artefactos místicos, como el anillo de Linterna Verde, la armadura de Iron Man o adamantium del que esta hecho las garras y el esqueleto de Wolverine, etc. Su lucha desinteresada en defensa del inocente, ya sea combatiendo el crimen, catástrofes, invasiones, o cualquier otra amenaza, con frecuencia es al margen de la ley. Se puede hablar así de su estructura de valores: generosidad, sacrificio, autocontrol, piedad, etc. que convierten a los superhéroes de las historietas en verdaderos "santos" modernos ("salvadores del mundo" dentro de la más auténtica tradición cristiana), en un mundo que carece de fe en los antiguos.

Claramente todo proviene de los héroes antediluvianos, los Nefilim y sus padres, los cuales desean reingresar a la acción visible en 2012 (Véase tema sobre el "hombre del desafuero" en blog de las Profecías). Según los Monjes tibetanos de visión remota,  ven poderes extraterrestres salvando al mundo en el 2012. Intervendrán poderes divinos sobrenaturales para evitar la autodestrucción de este mundo y una crisis del exterior. Según algunos contactados, un Ashtar Sherán se dirige hacia nosotros con propósitos de beneficio y ayuda para el Planeta Tierra y la Humanidad, con seres tan Bondadosos que se molestan en ponerse en contacto con nosotros para salvarnos de las Catástrofes, que debido al Cambio Climatico, y a las Guerras se están produciendo. También un grupo de ufólogos principalmente, dejó claro que según diversos documentos antiguos y otros bastante contemporáneos, el año 2012 será el año en que tendrán contacto de tercera fase con extraterrestres, esto es, cara a cara con los alienígenas. La intención de esta visita no es según afirman los expertos, con motivo de dominar nuestro planeta, sino todo lo contrario ya que en caso de arribar y encontrarse con un conflicto, su intención es pacificarnos y demostrar que eso es inútil. Pero además arriban con la intención de enseñarnos cosas sobre nosotros mismos, que hasta el día de hoy desconocemos.

Éstas son las ideas que abundan en Internet sobre el inminente contacto. Sospechosamente idénticas a la acción de los demonios y sus hijos antes del Diluvio. Seres que al principio eran todos unos héroes, para luego transformarse en crueles tiranos.
.
Ciertamente antes del Diluvio se presentaron como dioses bondadosos, y luego todo fué un caos. Ahora regresarán "disfrazados" de seres de otros planetas para ayudar a la humanidad sufriente. El último engaño de Satanás y el retorno de los superhéroes.

lunes, 19 de julio de 2010

“El pan mismo de poderosos”

He querido hacer un paréntesis en las investigaciones sobre los vástagos de los Nefilim, y detenerme en la importancia de la Nación de Israel. Cómo hemos analizado, tras los 40 años de peregrinaje por el desierto, Jehová convirtió a los guerreros israelitas en seres indomables y poderosos, capaces de derrotar a las últimas ciudades de gigantes  y exterminar a sus habitantes. La generación de israelitas que cruzó el Jordán era muy distinta a la que pereció en el desierto. Bajo el acaudillamiento de Josué, los israelitas acabaron con la hegemonía cananea, derrotando a 31 reyes en el transcurso de unos seis años. (Jos 12:7-24.) Muchos de éstos reyes eran los referidos gigantes de las entradas anteriores.
.
Ciertamente se necesitaba una generación con una mentalidad distinta, con más fe y más pura. La generación que dudó de la capacidad de Jehová para derrotar a los gigantes claramente no podía cruzar el Jordán. Jehová entonces decidió privilegiar a los pequeños, y a los no nacidos, quienes aprovecharían los 40 años de viajes en círculo por el desierto como un duro entrenamiento para ser unos guerreros indomables y tenaces tras la finalización de los 40 años de prueba. Al principio Jehová pudo haber derrotado él mismo con su poder a los reyes Anaquim y Refaím, pero quiso demostrar el poder de su pueblo elegido, y conseguir que en la mayoría de los casos, las mismas fuerzas militares israelitas fueran las que pudiesen acabar con los gigantes.

Para que los niños israelitas y los no nacidos se beneficiaran y se prepararan para lo que acontecería, Dios estableció dos elementos importantes para lograr que la raza judía fuera realmente un "pueblo especial", un pueblo escogido y preparado por Dios, diferente a todas las otras naciones degeneradas, e incluso más preparado que los últimos descendientes de la cruza ilegal de los ángeles y las mujeres. La primera ayuda vendría a través de la circuncisión, el cual es un punto que merece un capítulo aparte. La otra ayuda vendría a través de la alimentación. Sí, del  consumo de un alimento de origen no humano que a fuerza del consumo por 40 años tendría un efecto especial en los organismos de los niños israelitas y de toda la nueva generación por llegar. Esto era justo por parte de Dios, ya que los últimos vástagos de los Nefilim tenían una ventaja. Tenían parte de la herencia de los ángeles y por eso Jehová quiso igualar las fuerzas para que la nueva generación de israelitas tuviera una conquista justa a través de sus propias manos.

El Pan del cielo
"Y los hijos de Israel comieron el maná durante cuarenta años, hasta su llegada a una tierra habitada. El maná fue lo que comieron hasta su llegada a la frontera de la tierra de Canaán".- (Éx 16:35.) El Maná fue el alimento principal de los israelitas durante los cuarenta años que vagaron por el desierto. Sobre éste alimento especial, la Obra Perspicacia comenta:

"El maná era “blanco como la semilla de cilantro” y tenía el “aspecto” del bedelio, una sustancia transparente, similar a la cera, con una forma parecida a la de una perla. Su sabor era comparable al de “tortas aplastadas con miel” o “una torta dulce aceitada”. Después de molerse en un molino de mano o machacarse en un mortero, se hervía, o bien se hacían con él tortas y se horneaba. (Éx 16:23, 31; Nú 11:7, 8.)
No hay ninguna sustancia natural conocida hoy en día que encaje en todo respecto con la descripción bíblica del maná, por lo que hay poca base para identificarlo con algún producto conocido. Esto se debe especialmente al aspecto milagroso implicado en la provisión divina del maná. La disponibilidad del maná no dependía de la época del año o de una ubicación particular en el desierto".

Claramente el maná tenía de forma especial todos los elementos, nutrientes y propiedades de toda la variedad de alimentos que poseemos. Pero además, otorgaba algo muy especial. Una energía y vitalidad proveniente de los mismos ángeles. Esto lo declara la Biblia cuando se dice sobre el maná:

El salmista llamó al maná “el grano del cielo” (Sl 78:24), “pan del cielo” (Sl 105:40) y también le llamó de ésta forma particular:

 “Los hombres comieron el pan mismo de poderosos” (Sl 78:25).

La expresión “Poderosos”, quiere decir  “sobrehumanos”. Heb.: ’ab·bi·rím; LXXSyVg: “ángeles”; T: “(que descendieron de) la habitación de los ángeles”.

Esto muestra que Dios usó medios angélicos para proveerlo a los israelitas. (Compárese con Gál 3:19.) Además,  puesto que el cielo es la morada de los “poderosos”, la expresión “pan mismo de poderosos” señala a su origen celestial. No podemos afirmar cien por ciento que los ángeles consuman una especie de maná en su estado celestial (en forma espiritual), pero claramente ellos lo “fabricaban”, ya sea al materializarlo o al hacerlo descender sobre la tierra, para que los humanos lo consuman. El punto es que la generación de niños israelitas fue formada y alimentada con un alimento proveniente de los mismos ángeles y que sin duda, les otorgó gran poder y longevidad.  El Maná les sirvió de alimento hasta que entraron en Canaán, en el año 1473 a. E.C y “Entonces el maná cesó al día siguiente cuando hubieron comido del fruto de la tierra, y no ocurrió más maná para los hijos de Israel, y empezaron a comer del producto de la tierra de Canaán aquel año” (Josué 5:12). No obstante, de vez en cuando, al parecer los ángeles dieron a los profetas algún alimento parecido, o quizás con los elementos del mismo Maná. Notemos la capacidad de éste extraño alimento.

Por fin se acostó y se quedó dormido debajo de la retama. Pero, ¡mire!, ahora estaba tocándolo un ángel. Entonces este le dijo: “Levántate, come”. Cuando él miró, pues, allí junto a su cabeza estaba una torta redonda sobre piedras calentadas, y una jarra de agua. Y él se puso a comer y beber, después de lo cual volvió a acostarse. Más tarde el ángel de Jehová volvió por segunda vez y lo tocó y dijo: “Levántate, come, porque el viaje es demasiado para ti”.  Por lo tanto él se levantó y comió y bebió, y siguió yendo por el poder de aquel alimento durante cuarenta días y cuarenta noches hasta la montaña del Dios [verdadero], Horeb".- 1 Reyes 19: 5-8

Notemos como Elías pudo sobrevivir “por el poder de aquel alimento” por 40 días sin comer ni beber. Un alimento con grandes propiedades energéticas que funcionaba de forma plena en las personas de buen corazón. Muchos años antes, sobre los israelitas fieles que viajaron por el desierto, el maná también tuvo efectos semejantes.
 
Caleb fue el único de aquella generación adulta, además de Josué y algunos levitas, que entró en la Tierra Prometida en el año 1473 a. E.C. Solo éstos hombres, y el resto de los niños pudieron entrar. Pero notemos cómo el maná había sostenido la vida de Caleb y Josué por 40 años (similar a los 40 días que sostuvieron a Elías).  Seis años más tarde, cuando tenía ochenta y cinco años, Caleb dijo: “Ahora sucede que Jehová me ha conservado vivo, tal como prometió, estos cuarenta y cinco años desde que Jehová hizo esta promesa a Moisés cuando Israel andaba en el desierto, y ahora me veo aquí hoy con ochenta y cinco años de edad. Sin embargo, hoy me hallo tan fuerte como el día en que Moisés me envió. Como era mi poder entonces, así es mi poder ahora para la guerra, tanto para salir como para entrar”. (Jos 14:6-11.)

¡Cuánto más poder también adquirió la joven generación de jóvenes fieles que fueron alimentados con el pan de los ángeles! Ahora había justicia plena. Satanás y sus ángeles le habían otorgado poder indebido a una raza de gigantescas criaturas. Pero ahora los mismos ángeles fieles recibieron la orden de Jehová para entregar su alimento a los niños israelitas. Ahora no lo harían a través de una cruza ilegal genética, sino mejorando la propia constitución física, mental, moral y espiritual del pueblo elegido. De ésa forma erradicarían a las razas ilegales  y prepararían la zona de Israel para una futura aparición del Hijo de Dios en la Tierra.

A pesar de que el pecado, la rebelión (y ya no ser el pueblo de Dios),  y siglos de distintas mezclas con otros pueblos, la raza judía aún mantiene en pequeña escala a nivel celular ese regalo que adquirió durante ésos 40 años en el desierto. De forma degenerada, aún los judíos (como pueblo a nivel general) son considerados una de las razas humanas más inteligentes del planeta. El aporte cerebral de los judíos a la cultura humana ha sido fundamental. Una decena de personajes claves en la ciencia,  en las artes y en los negocios, entre los cuales está A. Einstein, han sido judíos. Adolf Hitler sabía de ésta extraña condición de los judíos y quiso estudiarlos en los campos de concentración, para luego exterminarlos ya que los consideraba una competencia para su dominación mundial. Y los Estados Unidos han sabido sacar provecho de los judíos para lograr sus planes de expansionismo global.

Jehová claramente producirá en el Nuevo Mundo una sociedad mucho mejor que el pueblo judío. Quizás durante la etapa más crítica de la gran tribulación, los ángeles volverán a dar el “pan del cielo” para sostener la vida de los fieles,  e introducirlos en una nueva tierra, en dónde la humanidad logrará la perfección.



jueves, 15 de julio de 2010

El retorno de los gigantes - parte 8

¿Puede explicarse la existencia de las tribus gigantes de la Biblia por medio de la enfermedad del gigantismo?

¿Y qué tal si los gigantes de los relatos anteriores (de la época de la conquista de Canaán) pueden atribuirse al gigantismo como defecto genético?

Actualmente se dice que la tribu Watusi en dónde los  hombres miden 1,96 y las mujeres 1,77 en promedio, es una de las más altas. Ellos son una tribu popularmente llamada "gigante", pero ésas estaturas los convierten en altos, pero de ninguna forma en los llamados Anaquim de 4 metros de la época de la conquista de las tierras de Palestina en la época de Josué. Solo nos correspondería hablar de un fenómeno de gigantismo para explicar la existencia de ésas colosales razas. Pero, ¿se sustenta ésta idea?

 El gigantismo es una enfermedad hormonal causada por la excesiva secreción de la hormona del crecimiento. Hablamos del  crecimiento desmesurado en especial de brazos y piernas causado por la glándula hipófisis. El gigantismo suele estar acompañado del debilitamiento de las funciones sexuales y recibe entonces el nombre de gigantismo eunucoideo. Sin embargo, puede haber gigantismo sin estas alteraciones sexuales. Los individuos afectados por cualquier tipo de gigantismo presentan debilidad muscular y graves problemas a los huesos.
.
Los defectos hereditarios que impiden la osificación normal durante la pubertad, y por lo tanto permiten que el crecimiento continúe, pueden producir también gigantismo.

Robert Pershing Wadlow (en las fotografías) nació el 22 de febrero de 1918 en Alton, un pueblo del estado norteamericano de Illinois.Robert era el mayor de cinco hermanos normales. Su desarrollo físico fue normal hasta los cuatro años, momento en el que empezó a crecer a una velocidad inaudita. Tan es así que a los 5 años ya medía 163 cm y a los 10 llegó a la barrera de los 2 metros de altura.

Este crecimiento desproporcionado comenzó a generarle problemas. Pronto sus huesos no fueron capaces de sostener por sí mismos el peso de su cuerpo, lo que le obligó a utilizar muletas para desplazarse. Por si eso fuera poco, al cabo de un tiempo comenzó a perder la sensibilidad en sus piernas. Así estaban las cosas cuando el 4 de julio de 1940 un mal gesto le llevó al hospital con una ampolla en el tobillo que degeneró en una infección. Ante el empeoramiento de sus constantes vitales, los médicos le practicaron una transfusión sanguínea de urgencia que no evitó que el día 15 de ese mismo mes muriera mientras dormía. Tenía 22 años. La gira realizada años atrás lo había convertido en todo un personaje y en su funeral, celebrado el 19 de julio, se congregaron cerca de 40.000 personas. El ataúd en el que lo enterraron pesaba media tonelada y fueron necesarios 12 hombres para llevarlo a hombros. Y es que en el momento de su fallecimiento, Robert Wadlow medía 2, 72 metros y pesaba 199 Kg.
.
Cómo observamos, el fenómeno del gigantismo suele ser una enfermedad aislada, ya que en ningún caso provoca la aparición de toda una raza o parientes gigantes; además dichas personas rapidamente quedan inválidas, y no se pueden parar debido a su peso, y sus huesos se descalsifican prematuramente, al punto que a los pocos años quedan postrados y mueren.

Estos casos diferen notablemente de los corpulentos y guerreros gigantes bíblicos, los cuales eran miembros de toda una raza de éstas criaturas. El peso de la armadura de Goliat  indica su fuerza y tamaño. Su cota de malla de cobre pesaba 5.000 siclos (57 Kg.) y la hoja de hierro de su lanza, 600 siclos (6,8 Kg.). (1Sa 17:4-7.). Isbí-benob, otro gigante bíblico,  tenía una lanza que pesaba 300 siclos de cobre (3,4 Kg.) (2Sa 21:16); Lahmí, el hermano de Goliat, “el asta de cuya lanza era como el enjulio de los obreros del telar” (1Cr 20:5). Armamento y armaduras muy pesadas que nos muestran a seres corpulentos y bien proporcionados en su altura gigantezca. Claramente, éstos ejemplos no pueden ser explicados con la enfermedad del gigantismo. Solo nos hablan de manera evidente, de una raza con elementos no humanos, mezclados con cierta genética humana, lo cual los hacía una raza temible de guerreros que quizás vivían mucho tiempo. Además, los dólmenes y menhires (piedras como las de Stonehenge), encontrados en varias regiones dan prueba de una raza de hombres fuertes que podían mover grandes toneladas.

El retorno de los gigantes - parte 7

El Rey Og y los refaím, los "hombres" de tamaño extraordinario

Los refaím eran otra raza pariente de los anaquim. Probablemente se les llamó refaím por ser descendientes de un gigante llamado Rafah. La expresión ha•Ra•fáh (literalmente, “los Rafah”) de 2 Samuel 21:16 al parecer representa con el nombre del padre a toda la raza de gigantes. Los moabitas que los desposeyeron los llamaron emim (criaturas espantosas). Más de cuatrocientos años después, cuando Israel acababa de entrar en Canaán, “la tierra de los refaím” todavía se identificaba con las tierras altas de Basán (las cuales incluían la cadena montañosa del Hermón). Allí los israelitas derrotaron a Og, el rey de Basán (Dt 3:3, 11, 13; Jos 12:4; 13:12), el último que “quedaba del remanente de los refaím”. No se sabe a ciencia cierta si estas palabras significan que era el último rey de los refaím o que era el último de los refaím de aquella región, pues poco después aparecen los refaím al O. del Jordán.

Og, rey de Basán, uno de los refaím, al ser enterrado tuvo un féretro de 9 codos (4 metros.) de longitud y 4 codos (1,80 m.) de anchura (Dt 3:11). Su inmenso féretro de hierro (posiblemente un sarcófago de basalto negro según la obra Perspicacia) me recuerda a los sarcófagos gigantes de 4 metros del  Serapeum en Egipto. Los dominios del Rey  Og se extendían desde el monte Hermón hasta el Jaboq, el territorio al E. del Jordán que comprendía 60 ciudades fortificadas y muchísimos pueblos rurales. (Dt 3:3-5, 8-10; Jos 12:4, 5; compárese con Nú 21:23, 24.) Sus dos ciudades principales eran Edrei y Astarot. (Dt 1:4; Jos 13:12.)

Israel derrotó a Og hacia el final de los cuarenta años en que estuvo vagando por el desierto, justo antes de acampar en las llanuras de Moab. Después de derrotar a Sehón, Israel se enfrentó con las fuerzas de Og en Edrei, y tras la gran victoria que Dios les concedió, mató a Og y a todo su ejército, y tomó posesión de sus ciudades y pueblos. (Nú 21:33–22:1; Dt 3:1-13.)

 Goliat de Gat, a quien David mató, también era de la raza de los Refaím,  y éste gigante tenía una altura de 6 codos y un palmo (2,90 metros.). Goliat fué contratado como mercenario por sus socios y parientes filisteos (los cuales eran más pequeños, pero más inteligentes).

Además de Goliat, otros hombres de los refaím también eran extraordinariamente grandes, como Isbí-benob, cuya lanza pesaba 300 siclos de cobre (3,4 Kg.) (2Sa 21:16); Saf o Sipai (2Sa 21:18; 1Cr 20:4); Lahmí, el hermano de Goliat, “el asta de cuya lanza era como el enjulio de los obreros del telar” (1Cr 20:5).

En la Tierra Prometida los israelitas tuvieron problemas con los refaím, pues algunos seguían morando en los bosques de la región montañosa de Efraín. Habían huído a las montañas y bosques,  después de ser aniquilados sus reinos. Pero aún bajaban de las alturas y asustaban a algunos campesinos. Los hijos de José tenían miedo de echarlos. (Jos 17:14-18.) Mientras luchaban contra los filisteos, David y sus siervos derribaron a cuatro hombres que les habían “nacido a los refaím en Gat”; uno de ellos era “un hombre de tamaño extraordinario, cuyos dedos de las manos y de los pies estaban en cantidades de seis: veinticuatro”. La descripción de las armaduras indica que eran hombres de gran estatura. Uno de estos era “Lahmí el hermano de Goliat el guitita”. (1Cr 20:4-8.) Este Goliat, aquel a quien David mató, medía seis codos y un palmo (2,9 m.) de altura. (1Sa 17:4-7.) El relato de 2 Samuel 21:16-22 lee “Goliat” en lugar de “el hermano de Goliat”, como dice 1 Crónicas 20:5, lo que quizás indique que había dos personas llamadas Goliat.

Finalmente, éstas razas de gigantes guerreros fueron exterminadas por los israelitas. Habían órdenes superiores (jerarquías elevadas de ángeles)  que ninguna raza anormal e ilegal (de cruza no humana) tenía que estar presente para complicar el ministerio de Jesús. Además  no correspondía su existencia en Medio Oriente, ya que Miguel (Cristo) orientó su ministerio solo a las razas humanas originarias de la Tierra y no a las aberraciones de los ángeles rebeldes y sus vástagos. Todas éstas razas (incluyendo a los Emim y los Anaquim) estaban ya exterminadas de Oriente Medio al tiempo de la visita de Jesús a la Tierra.

El retorno de los gigantes - parte 6

"Y allí vimos a los nefilim"
.
Cuando los 12 espías regresaron de peinar la tierra de Canaán dieron un informe impactante a los israelitas. Pero dicho informe no fué lo que los condenó, sino más bien la reacción de falta de fe y temor ante dicha situación. De hecho, éste informe está ligado a la observación de una tierra abundante y productiva, lo cuál efectivamente era real:
.
 Y pasaron a informarle y decir: “Entramos en la tierra a la cual nos enviaste, y verdaderamente mana leche y miel, y este es su fruto.  Sin embargo, la realidad es que la gente que mora en la tierra es fuerte, y las ciudades fortificadas son muy grandes; y, también, a los nacidos de Anaq vimos allí.
.y toda la gente que vimos en medio de ella son hombres de tamaño extraordinario.  Y allí vimos a los nefilim, los hijos de Anaq, que son de los nefilim; de modo que llegamos a ser a nuestros propios ojos como saltamontes, y así mismo llegamos a ser a los ojos de ellos”. - Número 13:27,28,32,33
.
Cómo notamos, e incluso se observa más adelante, nunca se puso en tela de juicio la veracidad de éste informe, sino más bien, la falta de fe para derrotar al enemigo. Nunca se contradijo la información de que en la altas tierras de palestina, se habían observado a los descendientes de los Nefilim.

Los Anaquim
Los hijos de Anaq * o Anaquim eran una raza de tamaño extraordinario que habitaba en las regiones montañosas de Canaán. Ahimán, Sesai y Talmai, tres hombres prominentes de los anaquim, residían en Hebrón (Nú 13:22), donde los doce espías hebreos vieron por primera vez a esta raza. Hebrón era una zona montañosa de la tierra de Canaán. Esto confirma que éstos descendientes de los Nefilim antediluvianos preferian las altas tierras. Su gran estatura y su gran fuerza dio lugar al dicho proverbial: “¿Quién puede mantenerse firme delante de los hijos de Anaq?”. (Dt 2:10, 11, 20, 21; 9:1-3.)

* Nota: Anaq tal vez era un gigante antediluviano sobreviviente que dió origen a ésta raza.

Los israelitas de la generación de los 12 espías no se enfrentaron a los anaquim. Tras 40 años de viaje en círculos por el desierto, una nueva generación, más valiente y alimentada con maná pudo hacerles frente. Durante su rápido avance por la tierra de Canaán, Josué consiguió vencer a los anaquim en las regiones montañosas, y destruyó sus ciudades, aunque algunos permanecieron en las ciudades filisteas de Gaza, Asdod y Gat. Esto confirma que los anaquim estaban emparentados con los filisteos, y que eran pueblos aliados. (Jos 11:21, 22.). Recordemos que los filisteos tenían una carga genética más humana, mientras que sus parientes Anaquim tenían un componente biológico más directo con los antiguos Nefilim.

Más tarde, Caleb solicitó la ciudad de Hebrón (o Quiryat-arbá) y su territorio, porque Dios se lo había prometido. (Jos 14:12-15; Nú 14:24.) Según parece, los anaquim se habían vuelto a establecer en esta zona, posiblemente mientras Josué y su ejército seguían con la conquista de la parte septentrional de Canaán, así que Caleb se vio obligado a reconquistar el territorio. (Jue 1:10, 20.) Cómo vemos, éstos gigantes se habían refugiado en lo más alto de los montañas (tras perder sus ciudades que también estaban en lo alto), y de vez en cuando bajaban en ordas para saquear ganado y comerse los frutos de los agricultores israelitas que los habían expulsado. Ésto dió origen a muchas leyendas posteriores, las cuales incluso penetraron en la época del Medioevo.

Finalmente, los israelitas lograron exterminar a la raza anaquim, y no existían éstos gigantes (por lo menos en Oriente Medio) para el tiempo de la visita de Jesús a la Tierra.

Es interesante que en los “textos de execración” egipcios (piezas de alfarería sobre las que se escribían los nombres de los enemigos de Faraón y que después se rompían en señal de maldición) figura el nombre de Iy-‛anaq, lo que parece ser una referencia a una tribu palestina de los anaquim. Cómo se podrá recordar, los egipcios recobraron parte de la cultura antediluviana y fundaron su civilización sobre las ruinas enterradas en pantanos de las pirámides. Sin embargo, en su desarrollo posterior crearon toda una teología que si bien tenía algunos elementos de los dioses antediluvianos y sus hijos (de forma distorsionada), prefería centrarse en los sacerdotes y faraones como centros del nuevo poder humano. Por eso tenían ciertas aprensiones con los rumores sobre una degenerada y retrasada raza de gigantes de Palestina que podía ser la heredera de los Nefilim. Los nuevos reyes egipcios (humanos) tenían miedo que dichos gigantes recobrasen el territorio de Egipto que una vez fué una capital antediluviana y una necropolis de los antiguos gigantes guerreros antediluvianos, los cuales estaban enterrados en el Serapeum egipcio, e incluso Adán y Eva en la Esfinge. Por eso las nuevas generaciones de faraones se dedicaron a esculpir grandes imágenes gigantes de ellos, para de esa forma marcar territorio y demostrar que ellos (faraones)  ahora eran los dueños de ésas tierras. Es así, como los faraones de tiempos posteriores se dedicaron de forma frenética a construir estatuas gigantes para atemorizar a cualesquier gigante que llegase del norte.

Sin embargo, los anaquim y las otras razas gigantes, no tenían intención alguna de bajar de sus refugios en las altas tierras de Palestina. Con el tiempo, todos fueron exterminados de Medio oriente a manos de los hijos de Israel.

El retorno de los gigantes - parte 5

Los semidioses de las montañas

Cómo hemos analizado, los textos sumerios nos dicen que, después del Diluvio, los nefilim sostuvieron prolongadas reuniones para sopesar el futuro de los dioses (semidioses) y del Hombre en la Tierra. Como resultado de estas reuniones, «crearon cuatro regiones». En tres de ellas -Mesopotamia, el valle del Nilo y el valle del Indo- se instaló el Hombre. La cuarta región era «sagrada» -un término cuyo significado literal original era «dedicado, restringido». Dedicado sólo a los semidioses, era una «tierra pura», una zona a la que sólo se podía acceder con autorización; entrar en ella sin permiso podía llevar rápidamente a la muerte, propiciada por fieros guardianes gigantes con «armas terroríficas». A esta tierra o región se le llamó TIL.MUN (literalmente, «el lugar de los misiles»). Era la zona restringida donde los nefilim habían bajado con sus aparatos dañados después de que la de Sippar hubiera sido arrasada por el Diluvio. La zona se puso bajo el mando de Utu/Shamash, el dios nefilim encargado de los cohetes ígneos. Los héroes de la antigüedad, como Gilgamesh, se esforzaron por encontrar este País de Vida, para ser llevados en un shem o un Águila hasta la Morada Celeste de los Dioses.

Además, existieron otras grandes regiones de la tierra, principalmente en zonas altas, dónde los sobrevivientes gigantes se establecieron en dichas montañas elevadas. Los gigantes, repartidos por el mundo, ya sea en las montañas de Creta, Italía, la India, Asía, América, y Medio Oriente, dieron origen a las historias de los semidioses o dioses que habitaban en ciudades escondidas en las montañas, o reinos subterráneos en el interior de grandes cordilleras. Ésto da origen al Monte Olimpo como morada de los dioses griegos, el Monte Fuji en Japón, Agharta, la Ciudad de los Césares, el Dorado, y otros sitios sagrados en las altas cumbres. América también está llena de éstos lugares altos. Solo un grupo selecto de iniciados humanos podían ser llevados a ésas cimas, para ser enseñados en el arte de gobernar a las masas humanas, y así transmitir información de los dioses gigantes antediluvianos.

Es así como Nemrod, y los sacerdotes de distintas latitudes del mundo son educados por éstos gigantes. Desde los pueblos americanos hasta los pueblos asiáticos, éstas gentes son instruidas para dar inicio a las grandes potencias posteriores al Diluvio. Ahora los gigantes no querían regresar a vivir directamente con los humanos. Tenían la experiencia aterradora del Diluvio reciente y desearon influir de forma retirada y ermitaña desde las altas montañas y de esa forma, evitar ser alcanzados por un nuevo Diluvio.  Además, sus artefactos ya estaban dañados para volver a escapar. Los nefilim llegaron a la conclusión de que necesitaban un intermediario entre ellos y las masas de seres humanos. Ellos eran, así lo decidieron, los dioses -elu en acadio, que significa «los nobles», «los elevados». Así pues, como puente entre ellos, los señores, y la Humanidad, introdujeron la «Realeza», el «Reino» en la Tierra, nombrando un soberano humano que asegurara el servicio de la Humanidad a los dioses y canalizara las enseñanzas y las leyes desde los dioses hasta el pueblo. Y Nemrod es uno de éstos primeros humanos escogidos como gobernantes, y los sacerdotes a su lado serían la nueva casta de intermediarios entre ellos y el pueblo.

Tanto los textos sumerios como los acadios dicen que los nefilim o anunnaki (llamados por los sumerios)retuvieron el «señorío» sobre las tierras, e hicieron que la Humanidad reconstruyera primero las ciudades antediluvianas exactamente donde habían estado originalmente, y tal como habían sido planificadas: «Que los ladrillos de todas las ciudades se pongan en los lugares que les corresponden, que todos [los ladrillos] descansen en lugares sagrados». Eridú, por tanto, fue la primera en ser reconstruida. Pero Babel, y todos los demás pueblos, incluso los Mayas y Egipcios, solo fueron pálidos reflejos del mundo antediluviano. No lograron jamás su esplendor antiguo, y aún así éstas nuevas civilizaciones con un orígen común, nos asombran por su adelanto.

Los Nefilim al ser una raza mita angelical y mitad humana, sin duda vivieron siglos tras el diluvio. Los últimos gigantes ermitaños sobrevivientes entregaron información a los iniciados humanos, y además procrearon algunos vástagos, dando origen a algunas tribus de gigantes. Éstas razas, mitad humanas, mitad Nefilim, tenían una capacidad intelecutual inferior a la humana normal, y no pudieron lograr establecerse como dominadores de las nuevas razas humanas. Desearon permanecer confinadas cerca de las alturas, y fundaron algunos reinos. Tenían gran fuerza bruta y manipulaban armamento de batalla, pero carecían de la inteligencia de sus ancestros.

 Ésto hizo que los gigantes originales sobrevivientes prefirieran darle información cultural a escogidos humanos, más bien que a sus nietos gigantes más degenerados y retrasados. En la próxima entrada analizaremos el destino de éstos vástagos de los Nefilim.

sábado, 10 de julio de 2010

El retorno de los gigantes - parte 4

Sobrevivientes al Diluvio

El secreto que los dioses juraron no revelar era una conspiración contra la Humanidad, consistente en reservarse la información que tenían respecto a la próxima avalancha de agua, de modo que, mientras los nefilim se salvaban, la Humanidad pereciera.

No obstante, aunque los seres humanos no podían leer las señales, los nefilim sí podían.. Ellos no provocaron el Diluvio; ellos, simplemente, se confabularon para que los terrestres no se enteraran de su llegada.

Sin embargo, conscientes de la inminente calamidad y de su impacto global, los nefilim tomaron las medidas oportunas para poner a salvo sus pellejos. Estando la Tierra a punto de ser engullida por las aguas, no tenían más que una dirección de salida: hacia el cielo. Cuando la tormenta que precedió al Diluvio comenzó a rugir, los nefilim  se subieron a su lanzadera y permanecieron en órbita terrestre hasta que las aguas comenzaron a descender.
El día del Diluvio, fue el día en que los dioses gigantes  huyeron de la Tierra.
 .
Aunque los nefilim estaban preparados para el Diluvio, su llegada fue una experiencia aterradora. «El ruido del Diluvio... hizo temblar a los dioses». Pero, cuando llegó el momento de dejar la Tierra, los dioses (o semi dioses), «dando la vuelta, ascendieron a los cielos de Anu». La versión asiría de Atra-Hasis dice que los dioses utilizaron el rukub ilani («carro de los dioses») para escapar de la Tierra. «Los Anunnaki elevaron» sus naves espaciales, como antorchas, «iluminando la tierra con su resplandor».


En órbita alrededor de la Tierra, los nefilim vieron una escena de la destrucción que les afectó profundamente. Los textos del Gilgamesh nos cuentan que, cuando la tormenta creció en intensidad, no sólo «uno no podía ver a su compañero», sino que «tampoco se podía reconocer a la gente desde los cielos». Apiñados en su nave espacial, los dioses gigantes se, esforzaban por ver lo que estaba sucediendo en el planeta del cual acababan de despegar.


Los textos de Atra-Hasis repiten el mismo tema. Los dioses, mientras huían, pudieron ver la destrucción también. Pero la situación dentro de sus propias naves tampoco era muy estimulante. Parece ser que tuvieron que repartirse entre varias naves espaciales; la Tablilla III de la epopeya de Atra-Hasis describe las condiciones a bordo de una nave donde los anunnaki compartían alojamiento con la Diosa Madre.


Las órdenes de los nefilim eran claras: abandonad la Tierra, «ascended al Cielo». Fue la vez en la que el Duodécimo Planeta estuvo más cerca de la Tierra, dentro del cinturón de asteroides (el «Cielo»).

El Diluvio no fue un acontecimiento único y repentino, sino la culminación de una cadena de acontecimientos. Los acontecimientos del Diluvio nos hablan del último período glacial de la Tierra y de su catastrófico final decretado por el Dios Supremo. Poniendo en línea la información bíblica y sumeria, nos encontramos con que los momentos duros, la «maldición de la Tierra», comenzó en la época del padre de Noé, Lámec. Su esperanza en que el nacimiento de Noé («respiro») marcara el fin de las penurias se cumplió de un modo inesperado, a través del catastrófico Diluvio.


Los textos sumerios y acadios no dejan lugar a dudas de que las gentes del Oriente Próximo de la antigüedad tenían por cierto que los Dioses del Cielo y de la Tierra eran capaces de elevarse en el aire y ascender a los cielos, así como de recorrer los cielos de la Tierra a voluntad. Los antiguos artistas representaban a los dioses -antropomórficos en todos los demás aspectos,  con alas. Las alas, tal como se puede ver en numerosas representaciones, no formaban parte del cuerpo -no eran alas naturales-, sino, más bien, un añadido decorativo de la vestimenta del dios. Ésto indicaba que por lo menos, los ángeles materializados podían volar a voluntad, sus hijos Nefilim necesitaban naves o cohetes para escapar. Al llegar el Diluvio, los ángeles fueron apresados y no podían volver a materializarse, mientras que algunos Nefilim lograron escapar a los cielos.


Existen innumerables pruebas de que en la antigüedad se podían transportar por el aire. Por ejemplo Se han encontrado esculturas en las que se muestra a un dios dentro de una cámara con forma de cohete,  donde la naturaleza celeste de la cámara viene confirmada por los doce globos que la decoran.


Tal como decían las listas de reyes sumerios, «el Diluvio había arrasado», y su esfuerzo había desaparecido de la noche a la mañana. Las minas del sur de África, las ciudades en Mesopotamia, el centro de control de Nippur, el espaciopuerto de Sippar; todo estaba enterrado bajo el agua y el lodo. Cerniéndose en sus lanzaderas por encima de la ahora devastada Tierra, los nefilim esperaban pacientemente a que las aguas se apaciguaran para poder poner el pie de nuevo en tierra firme.

Después de que las aguas bajaron, ellos tuvieron que forzosamente volver a aterrizar.

Los textos sumerios nos dicen que, después del Diluvio, los nefilim sostuvieron prolongadas reuniones para sopesar el futuro de los dioses y del Hombre en la Tierra. Como resultado de estas reuniones, «crearon cuatro regiones». En tres de ellas -Mesopotamia, el valle del Nilo y el valle del Indo- y se instalaron en ellas, en la cumbre de las altas montañas, y de ésa forma siguieron influyendo en los hombres.




jueves, 8 de julio de 2010

El retorno de los gigantes - parte 3

Los señores del eje

Según la cronología bíblica fué cerca del 2.269 a.E.C,  después de la Torre de Babel cuando Jehová dispersó a los pueblos por toda la Tierra, y éstos llevaron parte de sus recuerdos y creencias por todo el mundo.

Ahora bien, en el año 1943 a.E.C Abrahán inicia su peregrinaje a Canaán. Su aventura lo lleva a encontrarse con la civilización filistea que habitaba dicha zona, cercana a la costa del Mar Mediterráneo.

Han pasado de la dispersión de Babel solo 326 años. (3-4 generaciones). Bisabuelos, abuelos, padres, hijos.

En los días de Abrahán y de su hijo Isaac, los filisteos residían en Guerar, en la parte S. de Canaán. En aquel entonces tenían un rey, Abimélec, y un ejército bajo el mandato de un tal Ficol. (Gé 20:1, 2; 21:32-34; 26:1-18). Abrahán se encuentra con ellos. Pero, ¿de dónde provenían los filisteos?

"Los filisteos emigraron a la costa de Canaán desde la isla de Creta (la antigua isla de Caftor), aunque no puede afirmarse que fueran originarios de esa isla. (Jer 47:4; Am 9:7.)" – Perspicacia

 ”‘¿No son ustedes como los hijos de los cusitas para mí, oh hijos de Israel? —es la expresión de Jehová—. ¿No hice subir a Israel mismo de la tierra de Egipto, y a los filisteos de Creta, y a Siria de Quir?’- Amos 9:7

"La civilización cretense era muy distinta de las mesopotámicas y egipcias, pero de igual esplendor. En la religión de Creta se destacaba el componente femenino, y la figura central de su panteón era una diosa madre. Al igual que en otras religiones de la fertilidad, la serpiente por lo general estaba presente en las representaciones de la diosa, ya fuera sostenida en la mano o enrollada alrededor del cuerpo. A la diosa solía acompañarla una deidad masculina menor, tal vez en la relación madre-hijo, frecuente en este tipo de culto".-Perspicacia

Ahora bien, ¿de dónde provienen los cretenses? Los arqueólogos actuales nos confirman la posibilidad que los cretenses vienen de los etruscos. Los etruscos eran una federación de doce ciudades con una extensa red comercial que abarcaba Europa y el norte de África. La nación etrusca estaba organizada en ciudades estado autónomas, administradas en sus comienzos por reyes y más tarde por magistrados. Las ciudades pasaron a formar una confederación etrusca, una liga religiosa, económica y política no muy rígida. Los etruscos eran sumamente avanzados, y los cretenses llevaron gran parte de la cultura etrusca a Creta.

 Historiadores, arqueólogos y lingüistas debaten desde hace mucho tiempo la procedencia de los etruscos. ¿Habrían emigrado de Lidia, provincia de Asia Menor, como señaló Herodoto, o serían autóctonos de Italia, como aseveró Dionisio de Halicarnaso en el siglo I a.E.C.? ¿O tendrían acaso orígenes diversos? Prescindiendo de qué respuesta se dé, existen tales diferencias étnicas y culturales entre ellos y los pueblos vecinos que hoy no podemos trazar sus orígenes con certeza. Pero una nueva línea de investigación nos lleva a los descendientes de los antiguos atlantes (antediluvianos). Solo de otra civilización más antigua mucho más avanzada podrían proceder.
Así que en 326 años es imposible que una caravana haya emigrado de Babel cientos de kilómetros mar adentro (desarrollando de nuevo la navegación), haber creado una civilización sumamente compleja (etruscos) (ciudades y desarrollo) con matices antiguos, luego haber enviado un grupo a Creta, haber establecido otra compleja civilización-hija, y luego poder enviar viajeros por el mar de regreso a Palestina y establecer una dinastía de reyes filisteos, y todo en 326 años. Claro, si hablamos de un solo pueblo, es posible, pero notamos un trayecto que involucra a tres civilizaciones que demuestran un gran desarrollo.

La explicación evidente es que los etruscos proceden de forma directa de la civilización antediluviana, de algunos sobrevivientes que quisieron revivir de forma deteriorada la gloria de aquel mundo fundado por los ángeles. De ésta civilización desarrollada emigraron los pueblos cretenses y luego los filisteos (y otros como los fenicios, etc.)

Cuando Abrahán se topa con los filisteos, éstos ya tienen una monarquía establecida y demuestran proceder del mar. Sus conocimientos marítimos eran antiguos,  y por lo tanto no se deben a la línea de habitantes procedentes del éxodo de Babel.

Incluso la Biblia habla de “los señores del eje” filisteos. Ésta era una confederación casi igual a la de los etruscos. Los señores del eje dominaban Filistea gobernando sobre ciudades-estado individuales, pero cuando surgían asuntos de interés común, formaban un consejo de coiguales. Éste sistema es la herencia del mundo antediluviano y hoy desea volver a ser implantado por la cuarta Bestia de Daniel y 10 potencias en el Nuevo Orden Mundial.

Justamente la raza filistea finalmente fue exterminada por ésta razón. Al parecer los filisteos eran una especie descendiente de los antiguos atlantes, y quizás parte de una mezcla de gigantes y humanos. *

* Nota: El que los Nefilim antediluvianos fueran híbridos estériles no aparece en la Biblia, y es una suposición basada en la realidad de la cruza de dos especies. Si esto fuese así,  significaba que los Nefilim no podían procrear entre ellos, pero quizás si pudieron procrear con otros humanos normales. Ésta sería una última generación de Nefilim, más deteriorada, con más genes humanos, pero igualmente alta y poderosa. Quizás los filisteos fueron el último subproducto de ésta línea, igualmente altos, pero sin ser gigantes. Cómo ejemplo, hay ciertas especies híbridas de peces, en dónde los machos son estériles, pero las hembras pueden seguir procreando.

Cuando Israel partió de Egipto, en 1513 a. E.C., Jehová decidió no conducir a los israelitas por Filistea (la ruta más directa desde Egipto hasta la Tierra Prometida) para que no se desanimaran debido a tener que guerrear en seguida y decidieran regresar a Egipto. (Éx 13:17.) El punto en cuestión era que los israelitas aún no estaban preparados para hacerles frente, pero sí pudieron pelear contra los amalequitas y derrotarlos (incluso recién salidos de Egipto). Sin embargo, Israel evitó por largas décadas a los filisteos porque los filisteos eran una raza especial. Para cuando el anciano Josué repartió la tierra que estaba al O. del Jordán, la conquista todavía no había afectado los territorios filisteos. (Jos 13:2, 3.). Todavía no había ocurrido un enfrentamiento directo con ellos.
.
Sin embargo, más tarde los hombres de Judá capturaron tres de las principales ciudades filisteas: Gaza, Asquelón y Eqrón. Pero esto fue solo una victoria parcial, pues Judá “no pudo desposeer a los habitantes de la llanura baja, porque tenían carros de guerra con hoces de hierro”. (Jue 1:18, 19.) Esto demuestra que los filisteos eran una raza fuerte y alta *, además de poseer un desarrollo tecnológico superior en armamentos.

* El ejemplo más notable y quizás uno de los últimos ejemplares directos de la línea antediluviana asentada en medio de los filisteos era Goliat de la ciudad filistea de Gat. Era extraordinariamente alto, pues medía seis codos y un palmo (2,9 metros.). Su cota de malla de cobre pesaba 5.000 siclos (57 Kg.) y la hoja de hierro de su lanza, 600 siclos (6,8 Kg.). (1Sa 17:4, 5, 7.). Goliat era una excepción, y quizás un mercenario de la raza  de los  refaím (raza hermana de los filisteos pero con genes más directos de los antediluvianos), y puede que haya sido un soldado contratado por el ejército filisteo, aunque los filisteos en general eran de altura considerable,  no eran gigantes. Goliat, en cambio, sí lo era. Parece que los filisteos fueron los herederos de la cultura y civilización antediluviana, de su ciencia y arte de la guerra, pero no consiguieron heredar tanto la parte genética de los antediluvianos.

En la época de los Jueces (como el poderoso Sansón) los filisteos recién comenzaron a ser vencidos poco a poco. David y sus hijos lograron varios avances al derrotar a los filisteos, pero éstos seguían dando problemas a Israel. Posteriormente las derrotas de los filisteos a manos de Uzías (2Cr 26:6-8) y Ezequías (2Re 18:8) empezaron a marcar el principio del fin de ésta raza. Entonces comenzaron a quedar muy pocos. Siglos después Alejandro Magno y sus sucesores pusieron en libertad a muchos de los prisioneros de guerra judíos que estaban en sus tierras y éstos eliminaron los últimos grupos de filisteos. Finalmente Alejandro Magno fue el que los borró del Mapa cuando capturó la ciudad filistea de Gaza. A muchos de los habitantes los mataron y por último ésta raza fue exterminada del planeta. Alejandro Magno fué sin duda usado por la Providencia Divina para ésta misión.

Finalmente, la raza filistea ya no estaba en la zona de Palestina y el Mediterráneo cuando el Hijo de Dios inspeccionó en la carne a nuestro planeta. El plan de Dios indicaba que todo vestigio de dicha raza anormal tenía que haber desaparecido del Medio Oriente, cuando Cristo vino a la Tierra.

El retorno de los gigantes - parte 2

Los Nefilim: El pueblo de los cohetes

En la entrada anterior se ha mencionado que muchas de las llamadas visitas extraterrestres del mundo antiguo, puedan corresponder en realidad al intento final de la raza Nefilim y sus padres de lograr una carrera espacial. De acuerdo a nuestras investigaciones, los ángeles ingresaron en nuestra "región" con cuerpos materiales el 13 de agosto de 3114 a. E.C. Ese día empezó la cuenta larga maya y la galaxia se encontraba en una situación que solo se repetirá el 21 de diciembre de 2012. Ahora bien, desde el 3114 a.E.C hasta el Diluvio pasaron 744 años, un tiempo más que prolongado para desarrollar en el mundo antediluviano una serie de maravillas. La influencia directa de los ángeles y sus hijos solo pudo lograr ese avance. Meditemos que tan solo al hombre moderno le bastaron unas cuantas décadas para iniciar su carrera espacial.

La historia degenerada de Gilgamesh nos interesa principalmente por sus aspectos «aeroespaciales». El artefacto que Gilgamesh necesitaba para llegar a la Morada de los dioses era, indudablemente, una nave espacial, uno de cuyos lanzamientos tuvo ocasión de presenciar cuando se acercaba al «lugar de desembarco». Parece ser que estos cohetes estaban situados en el interior de una montaña, y los alrededores, bien vigilados, dan la impresión de ser una zona restringida.
.
Hasta ahora no ha salido a la luz ninguna representación gráfica de lo que vio Gilgamesh, pero, en un dibujo encontrado en la tumba de un gobernador egipcio de un lejano país, se puede ver la cabeza de un cohete por encima del suelo en un lugar donde crecen palmeras. El cuerpo del cohete está claramente almacenado bajo tierra, en un silo (base subterránea) hecho por el hombre con segmentos tubulares y decorado con pieles de leopardo.


Otra estela sumeria que se exhibe en el Louvre, en París, puede muy bien representar el último intento de los Nefilim y sus padres de lograr una carrera espacial para huir de la destrucción. La gran figura central es la de una deidad y no la de un rey humano, pues lleva un casco adornado con cuernos, la marca de identidad exclusiva de los dioses.
.
Además, esta figura central no parece ser el líder de los humanos, más pequeños en tamaño, sino que parece estar pasándoles por encima (Se observa su aspecto gigante). Por su parte, los humanos no parecen estar metidos en ninguna actividad guerrera, sino que parecen estar marchando hacia, y adorando, el mismo objeto cónico grande sobre el cual tiene puesta su atención la deidad. Armado con un arco y una lanza, la deidad parece ver el objeto más como algo amenazador que como un objeto de adoración. El objeto cónico se muestra como alcanzando a tres cuerpos celestes. Por su tamaño, forma y propósito parece tratarse de un "cohete" de tiempos remotos.

En un templo de libia también aparece otra imagen de un cohete preparado para partir de la Tierra. Todos los pueblos y culturas de la antiguedad nos hablan de las memorias de dioses voladores y algunos artefactos logrados por ellos. Por ejemplo, en la India se encuentran alusiones a asombrosos carros voladores (Vimanas) y a extraños elementos a reacción que habrían sido utilizados en el curso de las guerras entre los reyes de la alta antigüedad asiática. En estos vehículos voladores las personas que se montaban en ellos podían volar hacia los cielos y dirigirse a las estrellas, para luego retornar a la Tierra. Un texto antiguo de la India llamado el Ramayana dice: "Cuando todos estuvieron embarcados, Rama ordenó al vehículo que partiese y el incomparable carro de Kurevase se elevó hacia el mismo seno de los cielos. El carro volaba como una gran nube empujada por los vientos". En Perú se habla también de los Viracochas, dioses llegados del este y que podían volar.

Es posible que muchos  grabados en piedra y relatos hayan sobrevivido al Diluvio, y luego fueron nuevamente grabados en otras tablilllas y se le agregaron más detalles, creando un distorsión alusiva a dioses antiguos con nombres e historias. Por lo tanto, estaríamos observando copias de otras estelas más antiguas  ya desaparecidas. Serían las copias de evidencia que logró sobrevivir y que fué vuelta a esculpir, para ser preservada. Éstos relatos han sido interpretados hoy  como la manifestación de seres extraterrestres, pero claramente podrían aludir al inicio de una carrera espacial que fué abortada en el Diluvio.

Al parecer los Nefilim que lograron sobrevivir (sus padres angelicos fueron "apresados" y ya no pueden materialzarse) no pudieron huir de éste sistema solar. Seguramente, "otros" se lo impidieron y tuvieron que regresar tras el Diluvio a la Tierra. Éste retorno de ellos, también fué documentado por los primeros habitantes descendientes de Noé y esparcidos tras el Diluvio. El arte rupestre de Tassili en Argelia o las impresionantes estatuillas dejadas por los nativos de Acambaro, son sólo algunos de los enigmas más reveladores de la presencia de éstos gigantes que tuvieron que forzosamente volver a aterrizar en nuestro planeta.

Después de visitar la región de Tan-Zumaitak y la de Tamir, el equipo del arqueólogo  Henri Lhote se dirigió al pequeño macizo de Yabbaren. "Cuando veas Yabbaren -le había dicho su viejo camarada Brenans- te quedarás estupefacto". Y así fue en realidad. Yabbaren que el idioma de los tuaregs significa "los gigantes" se distingue por las presuntas representaciones humanas, gigantescas y desconcertantes. En las cavernas   sobresalen los "dioses de cabeza redonda", que se asemejan a posibles cosmonautas remotos con sus cascos o escafandras.

En la localidad de Val Camonica, Italia, también encontramos milenarias pinturas. Siluetas humanas vestidas con atuendos que podrían corresponder a trajes espaciales, ya que si se observan con detenimiento se pueden reconocer escafandras, antenas y otros dispositivos tecnológicos.

Cómo hemos observado, éstos relatos en piedra, bien pueden ser referencias al retorno de ellos a la Tierra, tras la inundación, y no a la llegada de extraterrestres de otros planetas con el fin de enseñar a una humanidad desobediente.

miércoles, 30 de junio de 2010

El retorno de los gigantes - parte 1

Sin lugar a dudas no soy el primero en asomarse a ésta extraña historia. Fue realmente impactante comprobar que otros lectores e investigadores, esparcidos por el mundo, también han vislumbrado ésta posibilidad. He podido intercambiar datos e información con algunos de ellos que me han ayudado. Ahora bien, principalmente deseo dedicar éstos capítulos a una gran investigadora y amiga, quién me ha enseñado muchísimo a la hora de ordenar las ideas y planteamientos. A ella van dedicadas estas líneas.

En capítulos anteriores de éste blog, he comentado que es posible que algunos Nefilim hayan sobrevivido al Diluvio, y que incluso pudieron dejar cierta prole. Un lector una vez me escribió diciendo que eso violaba lo que decía la Biblia. Le comenté que a simple vista podía ser. No obstante, teníamos que mirar con detenimiento todas las pruebas y piezas. Para comenzar, en ésta entrada analizaré lo que muestra la Biblia. ¿Realmente niega la Biblia la posibilidad de que hayan existido otros sobrevivientes aparte de los tripulantes del arca?

Sobre el venidero Armagedón la Biblia declara:

“Sin falta pondré fin a todo de sobre la superficie del suelo”, es la expresión de Jehová. “Pondré fin al hombre terrestre y a la bestia. Pondré fin a la criatura voladora de los cielos y a los peces del mar, y a los tropiezos con los inicuos; y ciertamente cortaré a la humanidad de la superficie del suelo —es la expresión de Jehová—

“Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová; sino que por el fuego de su celo toda la tierra será devorada, porque él hará un exterminio, realmente uno terrible, de todos los habitantes de la tierra.” – Sofonías 1: 2,3, 18

Cómo notamos, si solo tuviésemos la información de Sofonías, inmediatamente llegaríamos a la conclusión de que el Armagedón aniquilará a “todos los habitantes de la Tierra”. ¿Se contradice la Biblia? ¿Y qué sucede con la “gran muchedumbre” de sobrevivientes? ¿Es una “exageración bíblica”, cómo dicen algunos? La respuesta pudiera ser difícil, a menos que miremos con atención lo que muestra la Biblia.

En realidad, la Biblia no está exagerando en absoluto. Tampoco esto es una hipérbole. De lo contrario, lo de “la plata y el oro” también serían exageraciones. Lo que aparece es tan real como dramático. La Biblia no miente. Efectivamente serán aniquilados en Armagedón “todos los habitantes de la Tierra”, y “todo lo que hay en la superficie del suelo”. ¿Cómo es posible?, dirá usted. En realidad, no hay contradicción. Lo que sucede es que solo los que queden en la superficie de la tierra (sus habitantes) serán exterminados. Quienes antes sean evacuados (cómo se ha comentado en otras páginas de este autor) no serán considerados ese día “habitantes de la tierra”. Cómo observamos, la supuesta contradicción desaparece. Incluso es posible que hasta algunos animales sean “evacuados” para luego ser devueltos a comenzar el Nuevo Mundo. Ahora bien,  cómo se realizará dicho “rescate” es un asunto que no nos corresponde determinar.

Los pasajes de Sofonías son claves en nuestra investigación sobre el anterior “Armagedón” sobre la humanidad: El Diluvio. El Génesis declara de forma idéntica a Sofonías:

De modo que Jehová dijo: “Voy a borrar de sobre la superficie del suelo a hombres que he creado, desde hombre hasta animal doméstico, hasta animal moviente y hasta criatura voladora de los cielos, porque de veras me pesa haberlos hecho”. Pero Noé halló favor a los ojos de Jehová. (Génesis 6: 7,8).

Cómo notamos, inmediatamente Jehová declara hacer una excepción sobre borrar a los hombres de la tierra, El dice que Noé halla favor a sus ojos. Ahora bien, la declaración de Jehová Dios es esencial. ¿Quiénes serán exterminados? Él dice: “Voy a borrar de sobre la superficie del suelo a hombres que he creado, desde hombre hasta animal doméstico”.  Ahora bien, ¿eran los Nefilim una creación de Jehová? Ciertamente que no, eran una aberración (una especie de creación de los ángeles), una manipulación de la vida, pero Dios nunca creó a dichas formas de vida. Sorprende, por lo tanto, que Jehová no los incluya en la sentencia de muerte. Esto Jehová lo vuelve a declarar más adelante:

 Porque dentro de solo siete días más voy a hacer que llueva sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y ciertamente borraré de sobre la superficie del suelo toda cosa existente que he hecho”.  Y Noé procedió a hacer conforme a todo lo que le había mandado Jehová. (Génesis 7:4,5)

Ahora bien, analicemos detenidamente el día de la ejecución:

 De modo que expiró toda carne que estaba moviéndose sobre la tierra, entre las criaturas voladoras y entre los animales domésticos y entre las bestias salvajes y entre todos los enjambres que estaban enjambrando sobre la tierra, y toda la humanidad.  Todo lo que tenía activo en sus narices el aliento de la fuerza de vida, a saber, cuanto había en el suelo seco, murió. Así borró él toda cosa existente que había sobre la superficie del suelo, desde hombre hasta bestia, hasta animal moviente y hasta criatura voladora de los cielos, y fueron borrados de sobre la tierra; y solo Noé y los que con él estaban en el arca siguieron sobreviviendo. (Génesis 7: 21-23)

La Biblia tampoco menciona en éste pasaje final a los Nefilim. Evidentemente muchos de ellos deben haber sido exterminados, pero solo si se habían quedado en la superficie de la Tierra.  Efectivamente fue aniquilada la humanidad (los humanos pecadores creados por Dios). Pero los Nefilim no eran parte de la humanidad e incluso no sabemos si soplaba en ellos la “fuerza o aliento de vida” que Jehová había dado a sus creaciones. La Biblia es rotunda al decir que solo  lo que “había en el suelo seco”, lo  que “había sobre la superficie del suelo”, lo “que estaba moviéndose sobre la tierra”, etc. fue lo que murió. Así que es evidente que quienes no se quedaron en el suelo seco o en la superficie de la Tierra, de alguna forma sobrevivieron. Cómo vemos, la Biblia no se contradice si afirmamos que algunos Nefilim lograron sobrevivir a parte de Noé.

Las referencias a los “vimanas” de la India (naves espaciales), “barcos” y otros artefactos voladores o de navegación son mencionados en muchas culturas antiguas. Ésos relatos aparecen en el contexto de las historias de dioses y semidioses.  Algunos creen ver en éstos relatos de artefactos voladores y pinturas de astronautas gigantes con escafandras (el cosmonauta de tres metros del Tasili), la presencia de seres extraterrestres venidos de las estrellas. Pero, ¿qué tal si ésas descripciones no se refieren a visitantes, sino más bien al propio intento de los ángeles y sus hijos antediluvianos de iniciar una carrera espacial?

En entradas anteriores he comentado que el deseo de Satanás y los ángeles materializados antes del Diluvio eran lograr una civilización sumamente avanzada y próspera. De esa forma el diablo alegaría que tenía la capacidad de lograr un mundo exitoso de independencia ante Dios. Esto sería un modelo a imitar por otros mundos perfectos, los cuales podrían eventualmente unirse a la rebelión de Satanás. Para lograr un rápido desarrollo, los ángeles entregaron conocimientos indebidos y prematuros a los humanos. Luego, al observar la decadencia y vejez de los humanos, quisieron producir una raza que supuestamente viviría tal vez para siempre. Así se inició la práctica de tomar esposas humanas y procrear a los Nefilim. Los relatos de ésta esplendorosa civilización, su auge y caída, fueron narrados de forma distorsionada por Platón en su relato sobre la Atlántida.

Si el hombre actual sin la influencia directa de los ángeles materializados ha logrado en pocas décadas grandes avances, como la carrera espacial, la clonación y la manipulación genética, ¿qué podríamos esperar de un mundo que tuvo la influencia en carne y hueso de los ángeles? Además, la gente vivía más tiempo, lo cual evidentemente generó una civilización avanzada. Una revista Atalaya comentó lo siguiente sobre la civilización antediluviana:

Una civilización avanzada
En ciertos sentidos, la civilización antediluviana gozaba de ventajas que nosotros no tenemos hoy día. Por ejemplo, toda la humanidad hablaba una misma lengua (Génesis 11:1). Tal circunstancia favorecería el adelanto de las artes y las ciencias, puesto que requieren el esfuerzo colectivo de muchas personas con diversos talentos. Además, la mayor duración del promedio de vida del que entonces disfrutaban les permitiría seguir sumando conocimientos a lo que ya habían aprendido con el paso de los siglos.

Durante la época antediluviana fueron surgiendo varias industrias. Había fraguas donde forjar “toda clase de herramienta de cobre y de hierro” (Génesis 4:22).

El conocimiento acumulado habría permitido que las generaciones sucesivas desarrollaran ciertas especialidades, como la metalurgia, la agronomía, la ganadería, la literatura y las bellas artes. Jubal, por ejemplo, fue el “fundador de todos los que manejan el arpa y el caramillo” (Génesis 4:21). La civilización avanzó enormemente. Sin embargo, todo terminó de súbito. – Atalaya 2002 1/3

Creo que es altamente posible que algunas décadas antes del Diluvio, los demonios quizás percibieran la cercana destrucción de su mundo, e iniciaron una carrera espacial expansionista que seguramente tenía cómo objeto extenderse por el sistema solar. La idea era preservar la vida de sus hijos híbridos. Por eso hay tantos relatos de cosmonautas gigantes en la antigüedad. Ésta carrera fue interrumpida por el Diluvio, y es posible que algunos de éstos gigantes sobrevivieran en la vecindad de la Tierra. Cuando la precipitación cesó,  y comenzó a aparecer la tierra seca, algunos gigantes bajaron  y se establecieron en altas montañas, y de una forma más ermitaña empezaron a transmitir cierta información. Otros se protegieron de formas más secretas.

En entradas posteriores seguiremos analizando éstas pruebas, las cuales nos ofrecen varios elementos para armar un cuadro completo del regreso de los gigantes.