Sin lugar a dudas no soy el primero en asomarse a ésta extraña historia. Fue realmente impactante comprobar que otros lectores e investigadores, esparcidos por el mundo, también han vislumbrado ésta posibilidad. He podido intercambiar datos e información con algunos de ellos que me han ayudado. Ahora bien, principalmente deseo dedicar éstos capítulos a una gran investigadora y amiga, quién me ha enseñado muchísimo a la hora de ordenar las ideas y planteamientos. A ella van dedicadas estas líneas.
En capítulos anteriores de éste blog, he comentado que es posible que algunos Nefilim hayan sobrevivido al Diluvio, y que incluso pudieron dejar cierta prole. Un lector una vez me escribió diciendo que eso violaba lo que decía la Biblia. Le comenté que a simple vista podía ser. No obstante, teníamos que mirar con detenimiento todas las pruebas y piezas. Para comenzar, en ésta entrada analizaré lo que muestra la Biblia. ¿Realmente niega la Biblia la posibilidad de que hayan existido otros sobrevivientes aparte de los tripulantes del arca?
Sobre el venidero Armagedón la Biblia declara:
“Sin falta pondré fin a todo de sobre la superficie del suelo”, es la expresión de Jehová. “Pondré fin al hombre terrestre y a la bestia. Pondré fin a la criatura voladora de los cielos y a los peces del mar, y a los tropiezos con los inicuos; y ciertamente cortaré a la humanidad de la superficie del suelo —es la expresión de Jehová—
“Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová; sino que por el fuego de su celo toda la tierra será devorada, porque él hará un exterminio, realmente uno terrible, de todos los habitantes de la tierra.” – Sofonías 1: 2,3, 18
Cómo notamos, si solo tuviésemos la información de Sofonías, inmediatamente llegaríamos a la conclusión de que el Armagedón aniquilará a “todos los habitantes de la Tierra”. ¿Se contradice la Biblia? ¿Y qué sucede con la “gran muchedumbre” de sobrevivientes? ¿Es una “exageración bíblica”, cómo dicen algunos? La respuesta pudiera ser difícil, a menos que miremos con atención lo que muestra la Biblia.
En realidad, la Biblia no está exagerando en absoluto. Tampoco esto es una hipérbole. De lo contrario, lo de “la plata y el oro” también serían exageraciones. Lo que aparece es tan real como dramático. La Biblia no miente. Efectivamente serán aniquilados en Armagedón “todos los habitantes de la Tierra”, y “todo lo que hay en la superficie del suelo”. ¿Cómo es posible?, dirá usted. En realidad, no hay contradicción. Lo que sucede es que solo los que queden en la superficie de la tierra (sus habitantes) serán exterminados. Quienes antes sean evacuados (cómo se ha comentado en otras páginas de este autor) no serán considerados ese día “habitantes de la tierra”. Cómo observamos, la supuesta contradicción desaparece. Incluso es posible que hasta algunos animales sean “evacuados” para luego ser devueltos a comenzar el Nuevo Mundo. Ahora bien, cómo se realizará dicho “rescate” es un asunto que no nos corresponde determinar.
Los pasajes de Sofonías son claves en nuestra investigación sobre el anterior “Armagedón” sobre la humanidad: El Diluvio. El Génesis declara de forma idéntica a Sofonías:
De modo que Jehová dijo: “Voy a borrar de sobre la superficie del suelo a hombres que he creado, desde hombre hasta animal doméstico, hasta animal moviente y hasta criatura voladora de los cielos, porque de veras me pesa haberlos hecho”. Pero Noé halló favor a los ojos de Jehová. (Génesis 6: 7,8).
Cómo notamos, inmediatamente Jehová declara hacer una excepción sobre borrar a los hombres de la tierra, El dice que Noé halla favor a sus ojos. Ahora bien, la declaración de Jehová Dios es esencial. ¿Quiénes serán exterminados? Él dice: “Voy a borrar de sobre la superficie del suelo a hombres que he creado, desde hombre hasta animal doméstico”. Ahora bien, ¿eran los Nefilim una creación de Jehová? Ciertamente que no, eran una aberración (una especie de creación de los ángeles), una manipulación de la vida, pero Dios nunca creó a dichas formas de vida. Sorprende, por lo tanto, que Jehová no los incluya en la sentencia de muerte. Esto Jehová lo vuelve a declarar más adelante:
Porque dentro de solo siete días más voy a hacer que llueva sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y ciertamente borraré de sobre la superficie del suelo toda cosa existente que he hecho”. Y Noé procedió a hacer conforme a todo lo que le había mandado Jehová. (Génesis 7:4,5)
Ahora bien, analicemos detenidamente el día de la ejecución:
De modo que expiró toda carne que estaba moviéndose sobre la tierra, entre las criaturas voladoras y entre los animales domésticos y entre las bestias salvajes y entre todos los enjambres que estaban enjambrando sobre la tierra, y toda la humanidad. Todo lo que tenía activo en sus narices el aliento de la fuerza de vida, a saber, cuanto había en el suelo seco, murió. Así borró él toda cosa existente que había sobre la superficie del suelo, desde hombre hasta bestia, hasta animal moviente y hasta criatura voladora de los cielos, y fueron borrados de sobre la tierra; y solo Noé y los que con él estaban en el arca siguieron sobreviviendo. (Génesis 7: 21-23)
La Biblia tampoco menciona en éste pasaje final a los Nefilim. Evidentemente muchos de ellos deben haber sido exterminados, pero solo si se habían quedado en la superficie de la Tierra. Efectivamente fue aniquilada la humanidad (los humanos pecadores creados por Dios). Pero los Nefilim no eran parte de la humanidad e incluso no sabemos si soplaba en ellos la “fuerza o aliento de vida” que Jehová había dado a sus creaciones. La Biblia es rotunda al decir que solo lo que “había en el suelo seco”, lo que “había sobre la superficie del suelo”, lo “que estaba moviéndose sobre la tierra”, etc. fue lo que murió. Así que es evidente que quienes no se quedaron en el suelo seco o en la superficie de la Tierra, de alguna forma sobrevivieron. Cómo vemos, la Biblia no se contradice si afirmamos que algunos Nefilim lograron sobrevivir a parte de Noé.
Las referencias a los “vimanas” de la India (naves espaciales), “barcos” y otros artefactos voladores o de navegación son mencionados en muchas culturas antiguas. Ésos relatos aparecen en el contexto de las historias de dioses y semidioses. Algunos creen ver en éstos relatos de artefactos voladores y pinturas de astronautas gigantes con escafandras (el cosmonauta de tres metros del Tasili), la presencia de seres extraterrestres venidos de las estrellas. Pero, ¿qué tal si ésas descripciones no se refieren a visitantes, sino más bien al propio intento de los ángeles y sus hijos antediluvianos de iniciar una carrera espacial?
En entradas anteriores he comentado que el deseo de Satanás y los ángeles materializados antes del Diluvio eran lograr una civilización sumamente avanzada y próspera. De esa forma el diablo alegaría que tenía la capacidad de lograr un mundo exitoso de independencia ante Dios. Esto sería un modelo a imitar por otros mundos perfectos, los cuales podrían eventualmente unirse a la rebelión de Satanás. Para lograr un rápido desarrollo, los ángeles entregaron conocimientos indebidos y prematuros a los humanos. Luego, al observar la decadencia y vejez de los humanos, quisieron producir una raza que supuestamente viviría tal vez para siempre. Así se inició la práctica de tomar esposas humanas y procrear a los Nefilim. Los relatos de ésta esplendorosa civilización, su auge y caída, fueron narrados de forma distorsionada por Platón en su relato sobre la Atlántida.
Si el hombre actual sin la influencia directa de los ángeles materializados ha logrado en pocas décadas grandes avances, como la carrera espacial, la clonación y la manipulación genética, ¿qué podríamos esperar de un mundo que tuvo la influencia en carne y hueso de los ángeles? Además, la gente vivía más tiempo, lo cual evidentemente generó una civilización avanzada. Una revista Atalaya comentó lo siguiente sobre la civilización antediluviana:
Una civilización avanzada
En ciertos sentidos, la civilización antediluviana gozaba de ventajas que nosotros no tenemos hoy día. Por ejemplo, toda la humanidad hablaba una misma lengua (Génesis 11:1). Tal circunstancia favorecería el adelanto de las artes y las ciencias, puesto que requieren el esfuerzo colectivo de muchas personas con diversos talentos. Además, la mayor duración del promedio de vida del que entonces disfrutaban les permitiría seguir sumando conocimientos a lo que ya habían aprendido con el paso de los siglos.
Durante la época antediluviana fueron surgiendo varias industrias. Había fraguas donde forjar “toda clase de herramienta de cobre y de hierro” (Génesis 4:22).
El conocimiento acumulado habría permitido que las generaciones sucesivas desarrollaran ciertas especialidades, como la metalurgia, la agronomía, la ganadería, la literatura y las bellas artes. Jubal, por ejemplo, fue el “fundador de todos los que manejan el arpa y el caramillo” (Génesis 4:21). La civilización avanzó enormemente. Sin embargo, todo terminó de súbito. – Atalaya 2002 1/3
Creo que es altamente posible que algunas décadas antes del Diluvio, los demonios quizás percibieran la cercana destrucción de su mundo, e iniciaron una carrera espacial expansionista que seguramente tenía cómo objeto extenderse por el sistema solar. La idea era preservar la vida de sus hijos híbridos. Por eso hay tantos relatos de cosmonautas gigantes en la antigüedad. Ésta carrera fue interrumpida por el Diluvio, y es posible que algunos de éstos gigantes sobrevivieran en la vecindad de la Tierra. Cuando la precipitación cesó, y comenzó a aparecer la tierra seca, algunos gigantes bajaron y se establecieron en altas montañas, y de una forma más ermitaña empezaron a transmitir cierta información. Otros se protegieron de formas más secretas.
En entradas posteriores seguiremos analizando éstas pruebas, las cuales nos ofrecen varios elementos para armar un cuadro completo del regreso de los gigantes.